El gol de Aymar ante China despertó admiración desde todos los ángulos; la mirada de los expertos para analizar una genialidad.Hubo un señor paquistaní que se llamó Ahmed Shahbaz, considerado el mejor jugador de la historia del hockey sobre césped por su inmensa habilidad. Hubo otro señor mucho más conocido en el mundo, Diego Maradona, que reescribió el juego del fútbol. Después del tanto antológico que le convirtió a China anteanoche, Luciana Aymar encajó imaginariamente entre aquellos dos artistas para conformar un triángulo de talento infinito. El hockey y el fútbol, a fin de cuentas, tienen su parentesco.
Esta ciudad se arroga el derecho de haber cobijado otra pieza de colección del deporte argentino. Sellado el 2 a 0, la cuarta victoria seguida de las Leonas en el Mundial, los bares y restaurantes repetían en sus televisores la gesta de Lucha. A algunos que no habían visto ese slalom vibrante se les cayeron los cubiertos. En las imágenes, se nota cómo Carla Rebecchi mira perpleja a la rosarina antes de felicitarla, con un gesto de: "¿Cómo te agradezco lo que acabás de hacer?". Silvina D´Elía confesó que se acomodó el palo bajo al brazo y empezó a aplaudir en la cancha. Desde el arco, Belén Succi sintió que la N° 1 juega suelta como en el patio de su casa.
Todos hablan de Aymar porque es el personaje que acapara este Mundial. Es una catarata de elogios, excepto un caso. "Es una llorona; dice que le pegan y aprovecha para quejarse ante los árbitros porque es local. Pero la Argentina juega muy duro", señaló el circunspecto Herman Kruis, entrenador de Holanda. Ajeno a estas palabras, Carlos Retegui opinó sobre el gol ante China apretando play y stop en una notebook. "Mirá ahí: cuando arranca, ya le mira de reojo el pie derecho a la china y la engancha. Ahora va a buscar el espacio de la otra rival que le va a salir, mientras que le cruza el cuerpo a la que viene de atrás para que no le pueda cortar la pelota. Y ahora va de nuevo a la búsqueda del espacio. Finalmente, define tirándose al piso en el lugar que al arquero más le duele. Es un gol para toda la vida." El Chapa explica el concepto de la visión periférica, atributo sólo para elegidos: "Ella sabe el lugar adonde va a ir y se anticipa a la situación. Es de otro planeta como lo fueron Maradona, Michael Jordan, Scottie Pipen. Pero estoy seguro de que todavía hará un gol más lindo en este Mundial".
Alfredo Castro, head coach de las Leonas, detalla otro de los poderes mágicos de Aymar: "Ella detecta el espacio que se genera en la segunda y hasta en la tercera línea de una jugada individual. Una jugadora común sólo ve la primera". Marcelo Garraffo, el mejor argentino de la historia en hockey, compartió con Lucha el festejo en el sector VIP. "Me surgió decirle: «¿Viste que tenés que recibir en el campo contrario?» Y ella me contestó: «¡Sí, pero recibo muy pocas pelotas!» Cuando agarra la bocha en las 25 yardas, no hace más que ganar 15 metros y luego se desgasta, se enoja porque la golpean y la situación se frustra ahí. En cambio, si arranca en el terreno rival, termina jugadas de esta clase. Lucha es como Shahbaz: posee un freno y un dribbling que te descoloca totalmente."
Luciana derrocha fantasía y luego se recluye en su familia. Salió a cenar el sábado con sus padres, pero se le complica cada vez más para caminar libremente; ni siquiera puede hacerlo en el lobby del hotel por la vorágine de pedidos de toda clase. Entonces, se pasea en los pasillos del décimo piso, donde convive el plantel y retumba el reggaeton. Ahí se despacha libremente con sus coreografías, sus imitaciones y esos chistes que decodifican sólo ellas. Una diversión que es el combustible para sus relámpagos de genialidad.
"Ya no tengo palabras", dijo Oneto
Vanina Oneto, que comenta para Canal 7, admitió que en la transmisión se quedó sin calificativos: "Ya no tengo palabras". Otra gloria como Magdalena Aicega, más que sorprenderse, se emocionó por la conquista: "Yo jamás convertiría ese gol, pero si fuera así todavía lo seguiría festejando".
Fuente: Diario La Nación (Por Gastón Saiz)
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