Con una rica historia en sus espaldas, la jefa de equipo de Argentina deja el cargo. Estuvo presente en nueve Mundiales mayores y fue la única del actual plantel que integró el equipo argentino en 1981. Sus marcas serán difíciles de superar. Será recordada como la única persona que formó parte de los planteles argentinos en los Mundiales organizados en el país: Buenos Aires 1981, como jugadora, y Rosario 2010, como jefa de equipo. Pero eso no es todo, porque además estuvo presente en nueve Mundiales mayores y en una Copa del Mundo junior (Corea 1997). “Siento una satisfacción enorme por haber acompañado a los equipos, ya sea como jugadora o jefa de equipo”, reconoció Medici, quien en este torneo dejará el cargo.
Se formó como jugadora en la primaria y fue gracias a su maestra que llegó al club Suri a los diez años. Jugó en divisiones menores hasta los 15 y luego pasó a primera, categoría en la que ganó cinco torneos. Sin pasar por un proceso de formación en el Seleccionado (no existían los combinados Junior), debutó en el primer equipo argentino con sólo 18 años y en Berlín 1976 fue subcampeona del mundo. Aquella fue una década en la que las jugadoras nacionales consiguieron tres finales en Copa del Mundo y un bronce en Madrid 1978.
¿En los ´70 eran conscientes de que estaban entre las mejores del mundo?
Sí, porque sabíamos que en los primeros tres Mundiales habíamos participado de las tres finales. Sabíamos que lo realizado había sido importante. Por aquel entonces, no había mucha prensa y el hockey no tenía el auge que tiene hoy. Si bien se jugaba en muchos colegios y en muchos clubes, no tenía el boom que tiene ahora. Yo creo que eso se debió al tema de la televisación y al trabajo de los medios. Desde que se comenzó a televisar el hockey en el ´98, la gente comenzó a conocer más al deporte.
¿Qué edad tenías cuando jugaste tu primer Mundial en 1976 y cómo lo viviste?
Tenía 18. Por aquel entonces no se podían hacer cambios como los de hoy, o sea el que salía no podía volver a ingresar. Yo pude ingresar en algunos partidos, no en los más importantes. El entrenador tomó esa decisión para darle descanso a las jugadoras titulares y me hizo ingresar. Pero sí recuerdo que llegué a jugar cuatro partidos en ese Mundial.
Entonces, siendo muy joven, conociste lo que era ser finalista de un Mundial…Sí, era muy chica. Muchas de mis compañeras ya habían jugado finales anteriores y a ellas yo las veía como ídolas en aquel momento. Siendo tan chica, no entendía mucho de qué se trataba un Mundial, porque no había competencia previa al torneo. Hacíamos dos partidos amistosos y luego íbamos a jugar la Copa.
Después, compitieron en Madrid 1978 y finalizaron terceras.Sí, perdemos en semis y jugamos por el bronce con Bélgica, pero como el partido terminó empatado y no había luz en el estadio, no se pudieron ejecutar los penales y la Federación Internacional decidió dar por empatado el encuentro. Fue la primera vez que se tomó esa decisión en Mundiales y dos equipos empataron en su posición final.
Y así llegamos al Mundial 1981, que se juega en Argentina…
Sí. Ese torneo estuvo muy bien organizado por Argentina y se disputó en la cancha de polo en Palermo. Recuerdo que nuestro entrenador, Jorge Querejeta (padre) nos intentó preparar para ese torneo porque íbamos a jugar delante de mucho público, por lo que en una ocasión nos llevó a una cancha de fútbol. Fue un River-Ferro, en Caballito, donde nos hicieron ingresar en el estadio durante el entretiempo para vivir la experiencia ante un marco importante de gente. En el Mundial hubo mucha gente, pero creo que no estábamos preparadas para jugar ante tanto público. Todo estaba pensado para que nos fuera bien, pero no tuvimos suerte y terminamos sextas.
Venían de una década genial, con tres finales y un bronce. Y al organizarse el Mundial en casa, registraron el peor resultado hasta ese momento: un 6° puesto. ¿Por qué crees que pasó eso?
Mirá, creo que estábamos muy bien preparadas físicamente, porque el equipo se había entrenado bien. Pero creo que fue la presión la que nos jugó una mala pasada. No supimos jugar con tanta gente en una cancha.
Estuviste como jugadora en el ´81 y estás ahora como jefa de equipo ¿Sabías que vas a quedar en la historia como la única persona que formó parte de los planteles argentinos en los dos Mundiales organizados en el país?
No.. no lo sabía… Pero ahora que lo decís, tenés razón…
¿Y te genera algo especial saber que contas con un record difícil de superar?
Gracias por decírmelo, porque no lo sabía. Me da una gran alegría, obviamente. Jugué 11 años en la Selección y estuve 16 años como jefa de equipo. Si vos contás desde 1976 hasta ahora vas a ver que son pocos los años sin estar en el Seleccionado.
¿Cuándo y cómo nace la oportunidad de ser Jefa de Equipo?
El último Mundial que juego fue el del ´86 y así como Miguel Mc Cormick (entrenador) me convocó en 1976, después del torneo en 1986 me dijo que era el momento de dar un paso al costado. Pero también me pidió que siguiera ligada al plantel siendo jefa de equipo y yo le dije que sí.
Imagino que fue difícil dejar el rol de jugadora y pasar a cumplir otro papel…
Los primeros tres fueron años difíciles, porque quedaba de alguna manera fuera del Seleccionado. Pasar a ser jefa de equipo de ex compañeras fue complicado. Por suerte me enseñaron y fui aprendiendo.
¿Empezaste en el ´86 y cómo siguió todo?
Lo hice por tres años y me fui. Luego volví en el 91´ con Rodolfo Mendoza como entrenador, pasé por la etapa de Sergio Vigil desde el ´97 y luego con Gabriel Minadeo…
Entonces, en concreto: ¿En cuántos Mundiales estuviste presente como jugadora y jefa de equipo?
Como jugadora en Alemania 1976, España 1978, Argentina 1981, Malasia 1983 y Holanda 1986. Como jefa de equipo, en Holanda 1998, Australia 2002, España 2006 y ahora Rosario 2010…
Increíble: nueve Mundiales. Algo difícil de superar…
La verdad que me da muchísimo orgullo esto que te digo, más que nada por la imágen que tiene de mi la gente de la Federación Internacional. Cuando me vieron este año me abrazaron y no lo podían creer. Ese reconocimiento de la gente del exterior para mi es muy importante y me da satisfacción. Hay jefas de equipo que tuve cuando era chica que me ven, me abrazan y me saludan.
¿Vas a dejar el cargo en este Mundial?
Sí. Yo en realidad me había retirado en el Mundial de 2006, porque me pareció que era el momento de retirarme y darle ese lugar a otra persona. Las chicas, el año pasado, no tuvieron jefa de equipo y de alguna forma me pidieron que volviera. Para mí eso fue una satisfacción muy grande.
¿Entonces estás viviendo este desenlace de una manera especial?
Sí. Bueno, ya en el 2006 lo viví de una manera especial con el tercer puesto y la calidez de las chicas. En el último partido me hicieron un homenaje, previo al encuentro por la medalla de bronce. Eso fue algo que nunca se había hecho, porque la FIH sólo le da flores a los jugadores que cumplen partidos internacionales y a los árbitros. Pero nunca se le había dado a una jefa de equipo, así que eso fue muy emotivo. Desde entonces estaba alejada y de repente me llamaron, fui a ver a las chicas y me entusiasme. Pensé que, como el Mundial era en casa, las chicas iban a necesitar de alguien que las acompañe desde otro lugar. Fue por eso que acepté.
Entonces fue muy fuerte la razón para volver…
En realidad dudé mucho, porque me dije: “Si ya me retiré, cómo voy a volver”. Pero me pareció especial, no por mi persona sino porque creo que es fundamental contar con una jefa de equipo y más para la alta competencia. Es necesario que alguien cumpla ese rol para que las jugadoras se sientan acompañas desde otro lugar, no desde la parte técnica.
¿Y ahora que dejás el cargo, cómo sigue tu vida?
Dejo el Seleccionado y seguiré con mi vida. Volveré a pensar en mí, volveré con mi familia, con mis amistades. Les empezaré a dedicar un poquito más de tiempo, porque si bien los viajes son fantásticos a pesar del trabajo, se descuidan muchas cosas personales.
¿Por último, cómo definís tu paso por el Seleccionado?
La sensación que tengo es que muy pocas personas pueden llegar a ciertos lugares, así que creo que somos privilegiados, por lo tanto tenemos que ser conscientes de que vamos a estar en la historia de uno de los deportes más importantes del país, tanto en damas como en caballeros. Es motivo de orgullo y razón para ser responsables en el cargo que tenemos y brindarles lo mejor de nosotros al equipo y a la imagen que damos del país. Siento una satisfacción enorme por haber acompañado a los equipos, ya sea como jugadora o jefa de equipo.
Sobre Holanda
En los ´70 definieron dos Mundiales con Holanda. ¿Existía una pica especial por esos choques?
No, no… Había respeto como con todos los equipos, pero no había una pica especial como lo hay ahora. Argentina, Holanda y Alemania eran los equipos top, los que siempre definían los primeros lugares, pero no existía rivalidad como ahora. Yo recuerdo la semifinal del ´76 en la que fuimos a penales y así logramos llegar a la final contra Alemania que después perdimos.
¿Y las jugadoras más grandes qué te contaban sobre las anteriores finales?
Me dijeron que habían sido muy parejas. Pero puntualmente en la Copa del Mundo del ´74, la primera oficial, me contaron que Holanda hizo un gol en posición adelantada cuando el partido estaba llegando al final.
¿Vos cuándo notaste que empezaba a nacer esa rivalidad especial con ellas?
Creo que nació en el 2001, cuando jugamos la final de la Champions Trophy en Holanda y les ganamos en la final. Desde entonces, el nivel de ambos fue muy parejo, porque desde hace mucho años antes ellas nos habían sacado un poco de ventaja y estaban más arriba.
Y cómo describirías la historia del hockey holandés, que estuvo siempre arriba salvo la década del ´90 en la que dominó Australia?
Holanda, para mí, ha estado siempre en lo más alto. Es verdad que en los ´90 las australianas fueron las mejores, pero las holandesas en general ganaron todo. Es un país de que juega al hockey y que tiene mucho apoyo de los sponsors. Aparte creo que es uno de los países que mejor organizan desde lo administrativo está para el manejo de sus seleccionados. Son muy talentosos en ese punto. Ellos basan su juego en el corto. A los chicos ellos les enseñan a tirar cortos, porque para ellos es el arma fundamental y letal para ganar los partidos.
Fuente: CAH
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