La Selección de Javier Weber ya llegó a Milán para jugar la segunda fase del Mundial. Eso sí, al que madruga no siempre lo ayudan. Llegaron bien temprano y los tuvieron una hora y media durmiendo en los sillones del hotel... El jueves se enfrentará a Francia desde las 16.A ver... De Reggio Calabria a Milano, del Sur al Norte, hay algo más de 1.271 kilómetros que atraviesan Italia de cabo a rabo. Hay cansancio tras tres arduas jornadas que terminaron con dos triunfos (el esperadísimo ante Venezuela, el lógico contra México) y una derrota (la peleada frente a Estados Unidos), mucha tensión acumulada, dolorcitos musculares varios, sueño y necesidad de almohada...
Sin ir más lejos, anoche abandonó el Palacalafiore calabrés alrededor de las 24, a la 1 estaba cenando, y a las 4 ya se estaban despertando para tomar el vuelo hacia Milán, donde la segunda fase esperaba a la Selección de Javier Weber. Con bostezo incluido y todo, los problemitas empezaron. El micro llegó a las 5 y llegaron con lo justo al aeropuerto, donde encima faltaban dos pasajes...
La llegada después del vuelo de Alitalia que tardó alrededor de una hora y 45 minutos tampoco fue la esperada. Cuando arribaron alrededor de las 9.30, todavía no estaban las habitaciones asignadas para la tropa argentina. Así las cosas, mientras los japoneses (nuestros rivales del sábado) salían hacia el entrenamiento, los nuestros se tiraban en los sillones del lobby del NH Hotel esperando ingresar a sus piezas. Debieron esperar 90 minutos...
La falta de organización llevó a modificar los horarios de entrenamiento. La Argentina, entonces, hizo el reconocimiento del Mediolanium Forum, en el coqueto y comercial barrio de Milanofiori (a unos 30 minutos del céntrico Duomo) a la espera del debut en la segunda etapa contra Francia (jueves, 16 hs. de Argentina). Ahora la pelea es por quedar entre los primeros 12 del mundo. Por algo se empieza. Y jugando bien, eh. Sin lobby...
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