Aymar, la mejor del mundo nuevamente, dejó escapar las lágrimas de una plena felicidad. "Disfruté el torneo y sigo siendo feliz. No sé qué haré, por ahora sólo quiero descansar", dijo.
"No sé lo que voy a hacer. Me encantaría quedarme a jugar eternamente. Es una emoción tener esta camiseta puesta. Pero bueno, son ciclos. Lo voy a definir más adelante. Ahora, quiero descansar". A toda Argentina le encantaría que Luciana Aymar, la de la voz, la del llanto, la que levanta la Copa, la mejor del mundo, jugara por siempre.
Lucha, otra vez, en lo más alto del hockey mundial. "No sé cómo agradecer todo esto. Una emoción tan grande. Quizá no fue nuestro gran partido, pero bueno... Disfruté el torneo y sigo siendo feliz. Ya tenemos dos estrellas, el resto de las jugadoras seguirán buscando más", dijo con el campeonato del mundo transformado de sueño a realidad.
Para la mejor de todos los tiempos, con Holanda se jugó cómo se tienen que jugar estos partidos. "Argentina no tuvo un buen partido. Ellas por momentos lo manejaron. Las finales por lo general no son lindas y nosotros defendimos muy bien. Llegó el tercero y nos quedamos más tranquilas", cerró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario