Facundo Conte admite el orgullo que siente por Hugo, su papá, pero le huye a la comparación. Y la barba es sagrada...
Es su ídolo. Y no se cansará de decirlo. En realidad, si algo lo agota, más allá del acostumbramiento y el orgullo con el paso de los años, es la comparación con Hugo, su viejo, para muchos, el mejor jugador argentino de todos los tiempos. Por eso, bastante si acepta con gusto usar la 7, la camiseta de, la familia por parte de padre (el año pasado usó la 11 que vestía su madre). No más que eso. Las cosas como son. Uno por aquí, el otro por allá. Más allá de que el barbado Hugo haya tenido asistencia perfecta en el Palacalafiore calabrés. “Por eso, la barba, su barba, no me la voy a dejar nunca, nunca... Igual, hoy por hoy, ¿viste lo poco que me crece?”, bromea con Olé . “La 7 sí, la barba jamás”, ratifica. Y tiene su porqué. “Ya me dicen: ‘Te movés como él, gritás como él, hablás como él...’. Mi viejo era un fenómeno pidiendo que secaran el piso, haciendo tiempo, pidiendo la rotación... Y yo crecí viéndolo a él. Por eso, cuando era más chico, le iba a hablar al árbitro y el juez me decía: ‘Pará, pará, pará Conte; ya me banqué a tu viejo, a mí no me vengas a joder, je’. Las comparaciones ahora son positivas aunque, en un primer momento, no lo eran tanto”, admite.
-¿Y no se te dio, aunque sea una vez, por dejarte la chivita? -Le dije mil veces: “¿Por qué no te afeitás la barba, no te pica?”. Y él, grande, me contestaba: “Si me saco la barba no sabés más quien soy yo”. Y tiene razón. El es él y yo soy yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario