Corrían 14 minutos y Argentina ganaba 1 a 0. Cuando Barrionuevo metió ese flick largo, ella empezó a moverse en el círculo, en su ámbito de toda una vida. Enseguida, cuando Merino encaró a la española Bonastre por la izquierda, ella supo lo que llegaría y empezó a pensar en la jugada que vendría. Y cuando la habilitación de su compañera llegó justa al palo, ella hizo lo que había hecho 149 veces antes: con la camiseta celeste y blanca pegada a su piel de Leona, Alejandra Gulla volvió a gritar un gol. Un gol que no fue uno más porque con ese festejo llegó a los 150 con el seleccionado mayor y un gol que además le permitió consolidar ese orgullo de ser la mayor goleadora histórica del equipo nacional al que había llegado con los dos convertidos frente a Australia en un amistoso previo al Mundial.
“Nunca me interesó el record”, aclara Gulla. “Los goles se fueron dando por distintas circunstancias y por tantos partidos. El record tomó relevancia porque pasé a quien era la goleadora histórica del seleccionado. Pero fue más que nada por eso”.
Más allá de eso es una cifra tremenda a la que llegaste en 244 partidos internacionales.
Los goles siempre son importantes porque los goles te hacen ganar un partido. Estoy feliz por haber llegado al gol 150, pero fue como cualquier otro.
La marca de Vanina Oneto ya la habías superado. ¿Qué significa haber llegado a esta cifra? Para mí, el record lo batí hoy porque éste fue un partido oficial y por un Mundial. Acá tenía a mis papás en las tribunas y ese es un condimento importante.
En el Mundial de Utrecht 98, contra Corea, hiciste tu primer gol. ¿Cuál es el que más recordás? Uno en la Champions 2004, creo que contra Nueva Zelanda. Fue una pelota de Sole García que pegó verticalmente al área más atrás de las 25 yardas y yo la desvié por atrás, corriendo.
A principios de 1998 recibiste tu primera convocatoria. ¿Qué fue lo mejor y lo peor que te pasó en estos 12 años en el seleccionado? Me pasaron muchas cosas lindas. El deporte me dio muchos valores y esos valores los aplico en mi vida particular. Después está la cantidad de amistades; mis más íntimas amigas son del hockey. Y lo peor fueron las lesiones. Yo me quedé afuera de Sydney 2000 y del Mundial de Perth en el 2002 por dos osteocondritis en ambas rodillas.
¿Cuál es el secreto de tu vigencia? Siempre fui una jugadora con mucha perseverancia, con mucho amor por lo que hago, que dejó todo en la cancha. Sé de mis limitaciones y sé que hay jugadoras más hábiles y con más velocidad con el palo y la bocha. Pero yo, adentro del área, me considero una jugadora bastante inteligente. Yo veo la jugada antes de que me pasen la pelota.
A lo largo de estos años, ¿con quién te entendiste mejor adentro de una cancha? Con Vana (Oneto) y con Sole (García). Y con Lucha (Aymar), pero ella es distinta.
¿Cómo te ves el 11 de septiembre, dentro de una semana? Estamos para campeonas, pero nos faltan partidos muy duros.
¿Y vos? Me veo bien… Pero el 11 de septiembre seguramente jugaré mi último partido con Las Leonas.Le queda una semana a Gulla, entonces. Y 4 partidos para seguir haciendo historia en el círculo, en ese ámbito de toda su vida.
Fuente: Diario Clarin – Por Mariano Ryan
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