jueves, 2 de septiembre de 2010

Rosario 2010 - Mentes digitalizadas

El cuerpo técnico saca provecho del software; la tecnología para acrecentar el rendimiento de las Leonas en el Mundial.

Está todo fríamente calculado, amén de la ola polar que recubre este Mundial de hockey sobre césped. La inspiración, el talento y el carisma pueden ser la fachada más vendible de las Leonas. Pero detrás de esa carta de presentación hay horas de estudio de los partidos, en las que las mismas jugadoras se convierten en alumnas aplicadas. Suceden muchas cosas intramuros; charlas, debates y análisis en donde todos -cuerpo técnico y plantel- cuentan con voz y voto autorizados. Allí se explica el camino exitoso del seleccionado hasta aquí, con las victorias sobre Sudáfrica (5-2) y Corea del Sur (1-0), y en una mirada más global la permanencia de la Argentina en la élite desde hace muchos años.

A la vieja usanza, los entrenadores se fían de su sensibilidad para la lectura del juego. Sin embargo, se apoyan cada vez más en la tecnología, que desmenuza al milisegundo las características propias y las de los rivales. La idea final es que, cuando ingresen a la cancha, las Leonas sepan exactamente qué va a pasar en el partido y con qué variantes se encontrarán. El programa digital Game Breaker Pro es el más fiel consejero en ese sentido. Buena parte de los integrantes del cuerpo técnico argentino se dedica a editar cada encuentro, incluso Carlos Retegui, que comenta: "Es un software que te permite ingresar todos los códigos que quieras. Están codificadas las 18 jugadoras, además de las salidas, los bloqueos, las pérdidas de pelota, las recuperaciones, las penetraciones ofensivas y defensivas y los córners cortos, entre otros ítems, como eventuales macanas o jugadas interesantes. A medida que revisas las imágenes vas clickeando al instante para que las secuencias se incorporen a las distintas carpetas". Quizás, una jugada de seis segundos merecerá tres clicks, y los archivos de video quedarán guardados simultáneamente en la carpeta "Burkart", en "recuperaciones" y en "salidas", por ejemplo. La información se entrelaza. "Lo mismo hacemos con cada rival -explica el ayudante de campo Santiago Capurro- para saber cuáles son sus hábitos, sus virtudes, sus falencias y su patrón de juego."

El primer paso es la edición del último encuentro, una tarea mecánica que demanda apretar una tecla hasta las 3 de la mañana, en el mejor de los casos. Pero después viene el análisis: seleccionar aquellos datos que sean más útiles para mostrarles luego a las chicas. Así, en la charla se exhibe un video que es el producto final de 45 minutos, el resumen más sustancioso para que las Leonas sepan todo sobre ellas mismas y sobre el oponente. "Al mismo tiempo, cada jugadora recibe un pendrive con el compacto de su actuación individual completo. Mira esa película en su notebook y, si le surge una inquietud, nos pregunta", grafica Alec Doherty, otro de los asistentes. En este sentido, el Chapa Retegui sale al cruce: "Nadie del cuerpo técnico controlaría a una jugadora si repasó el video individual o no, porque confiamos a muerte. Simplemente, le ofrecemos una herramienta más. Es lo mismo que los días libres: hacé lo que quieras, si querés ir a la luna, andá y volvé, sólo sabés que a las 6 de la tarde nos juntamos para entrenarnos".

El trabajo de edición también se aprovecha en pleno partido. Anteanoche, en el momento en que una coreana caía lesionada por un bochazo, Noel Barrionuevo se acercó al banco y allí vio en pantalla cuáles eran los huecos que venían dejando las asiáticas en la defensa de los córners. "La tecnología al servicio del hockey es una droga, cuando descubrís los beneficios del software querés más y más. Es como los periodistas y el uso del Twitter. Pero en algún momento debés encontrar un equilibrio y recuperar la esencia de observar el rendimiento de las jugadoras en vivo; ver si son capaces de bancarse la presión", argumenta Retegui.

Las Leonas llegarán al partido de hoy ante España con todo el dibujo táctico en la cabeza, como sucede en cada compromiso. Tanto tiempo frente a la pantalla no está sólo dedicado al mail, al chat o a las redes sociales. De esos ojos clavados sobre el display, justamente, puede despuntar una actuación individual y colectiva para la historia.

Los arcos, bajo el ojo de la cámara


Guillermo Laudani, entrenador de arqueras, es uno de los asistentes ubicados en un sector específico de la cancha; todos están intercomunicados durante los partidos. "Para la edición de las guardavallas (Belén Succi y Laura Aladro), se sacan fotografías secuenciales en el momento de los córners cortos; allí se analizan los gestos técnicos de las rivales".

Fuente: Diario La Nación

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