Dice una frase popular, utilizada muchas veces con la realidad social y política de la Argentina, que la culpa no es del chancho, sino de quien le da de comer. Con algún ajuste, la misma construcción puede aplicarse al Mundial de Italia 2010: en un formato de juego extraño, que parece apuntar al beneficio del local, varios equipos aprovecharon los resquicios para jugar en función de un mejor cruce. Lo que fastidia es de quiénes se trata: Brasil, Rusia, Bulgaria y Serbia, todas potencias que supieron ir a menos.
De movida, una salvedad. Un asterisco, si quiere, como para aclarar: vamos a profundizar desde la información consignada en la página de la Federación Internacional. Seguramente nos falten datos, pruebas como para plantear un caso firme. Pero ahí vamos...
De movida, una salvedad. Un asterisco, si quiere, como para aclarar: vamos a profundizar desde la información consignada en la página de la Federación Internacional. Seguramente nos falten datos, pruebas como para plantear un caso firme. Pero ahí vamos...
En un Mundial de resultados raros, de aventuras camerunesas y decepciones venezolanas, la primera llamada de atención la entregó Serbia, en la primera ronda. Canadá se cargó a la historia de Miljkovic, Grbic y compañía por 3-1, en un batacazo de aquellos en Trieste. Un repaso de estadística y comentario entrega un par de claves: los dos pesos pesados recién vieron cancha con Serbia 0-2, después de un arranque con suplentes, pero así y todo Miljkovic estuvo en un bajísimo 21% de eficacia ofensiva. Increíble... O no: al ver ahora lo que pasó con el primero de ese Grupo F, Polonia, que por ganar todo quedó en una zona fatal y fue eliminado a manos de Brasil y Bulgaria. Serbia, como segundo, sigue todavía adelante.
Justo esos dos, los siguientes casos. Grupo N, la zona de la muerte en Ancona. Brasil y Bulgaria venían de despachar en sendos 3-0 a Polonia, mandarlo a casa, y debían definir el líder del triangular. El líder, con Cuba y España en tercera ronda; el segundo, ante República Checa y Alemania. Parece que ninguno quería cruzarse con los caribeños, y por eso, los dos metieron cambios. Bulgaria lo dejó afuera a Kaziyski todo el partido y jugó con segundo armador y líbero. Brasil fue más allá: con Marlon lesionado, encima reservó a Bruno y puso en el armado a... Theo, el segundo opuesto. Eso le sirvió para salir segundo y evitar a Cuba, que en la primera ronda lo había vencido por 3-2.
¿No le basta esto como para sospechar? "Brasil, un equipo invencible, tiene miedo de jugar con una islita como Cuba", chicaneó Vladimir Nikolov en la rueda de prensa posterior. En esa misma conferencia, Giba justificó: "Para nosotros, el torneo empieza el lunes". Y terminó reconociendo: "Esto es una mancha negra en mi carrera", según Olé.
Lo de Rusia cobra más resonancia porque nos toca de cerca. Y porque fue más obvio, también. Los soviéticos le ganaron los dos primeros sets a España, en el Grupo I de segunda ronda, y con eso ya estaban casi adentro. Para el tercero, descanso para Muserskiy, Khtey, Berezkho (que volvió, pero no nos basta) y Mikhaylov, nada menos que el puntero en varios rankings individuales. El resultado fue el esperado: los ibéricos lo dieron vuelta, ganaron 3-2 y Rusia con eso, evitó en tercera ronda a Cuba (otra vez, el cuco) y a Brasil, aunque después se daría el caso enunciado arriba.
La conferencia de prensa también trajo perlitas: Bagnoli, el italiano DT de Rusia, habló de "ganar los partidos importantes para salir campeón" y de "ajustarse a la fórmula de juego elegida para el bien del equipo". El argentino Julio Velasco, a cargo de España, deslizó mucho entre líneas: "Sólo puedo decir que yo jamás juego para perder, y que nunca lo haré ni en un Mundial ni en un Juego Olímpico". Hubo más, pero en esta tendrá que confiar en nosotros: ese mismo día, se enunciaba además una frase de Velasco en la que invitaba a la FIVB "a revisar el sistema de juego". Ahora, por la magia de la edición web de notas, eso ya no está.
Todo esto potencia todavía más el espíritu de la Argentina de ir siempre para adelante. Una lección de fair play. Un equipo al que, como declaran los mismos chicos, no le sobra nada, se la juega con el que venga y no elige rival. Potencias, equipos fuertes que pueden derrotar a cualquiera, temen y buscan el camino, a priori, más fácil. Y estaremos encantados si se hace justicia en la cancha.
Fuente: Somos Voley (Por Sergio López)
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